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dc.contributor.authorRodríguez Gómez, Alfredo Antonio
dc.date.accessioned2017-09-19T14:22:57Z
dc.date.available2017-09-19T14:22:57Z
dc.date.issued2015
dc.identifier.issn1012-1587
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/20.500.12020/465
dc.description.abstractLa diplomacia ha sufrido una evolución en las dos últimas décadas acorde con las tendencias actuales. Así, la diplomacia tradicional tiene nuevos cauces; la diplomacia directa es cada día más directa y más frecuente, más abierta y transparente, las diplomacias pública y económica encuentran nuevas herramientas de trabajo y acercamiento a la sociedad. Los efectos de la globalización y del avance tecnológico en materia de comunicaciones, principalmente en lo que se refiere a computación y telefonía móviles y a redes sociales, han hecho que los actores tradicionales de las relaciones internacionales avancen en proximidad al ciudadano y en transparencia; es decir, en la oferta de un mejor servicio al ciudadano y a la sociedad. Pero también han dado lugar, por una parte, a la consolidación de actores emergentes en ese espacio, como las empresas o las ONG, y a la aparición de otros nuevos que, en esencia, somos los ciudadanos en diversas facetas. Una buena prueba de estos cambios los podemos observar en las cumbres del G-20, a las que se incorporan de forma notable representantes de campos diversos en el ámbito social, como son los de la sociedad civil (C20), de los negocios (B20), de los jóvenes (Y20), de grupos de pensamiento (T20) o del mundo laboral (L20), en una clara muestra de que las relaciones internacionales, y la diplomacia en concreto, avanza a unos modelos emergentes y más acordes con los tiempos. Este avance se produce, en gran medida, por esa evolución revolución, según Castells de la comunicación que resulta en la inmediatez de la transmisión de la información de la posibilidad de cualquier ciudadano de usar la tecnología para recibir y emitir información desde cualquier lugar del mundo y en cualquier momento. El objeto de este trabajo es estudiar en función de ese conjunto de actores antiguos y nuevos, y de las nuevas formas de entender las relaciones internacionales y de comunicarse la diplomacia actual en sus varias facetas: tradicional, directa, pública y económica, entre otras, para comprobar si la llamada diplomacia digital es un mero apellido que se da tras el uso de las TIC actuales o es una verdadera consecuencia lógica de la evolución y del deseo de llegar de forma directa a los ciudadanos y, en consecuencia de usar las herramientas que emplea la sociedad hoy para englobar todas las facetas de la diplomacia en una sola conocida como diplomacia digital.es
dc.language.isoeses
dc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional*
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/*
dc.titleLa diplomacia digital: herramienta o consecuenciaes
dc.typearticlees
dc.issue.numberNúmero especial 2es
dc.journal.titleOpción : Revista de Ciencias Humanas y Socialeses
dc.page.initial915es
dc.page.final937es
dc.rights.accessRightsopenAccesses
dc.subject.areaCiencias de la Comunicaciónes
dc.subject.areaCiencias Sociales, Políticas y del Comportamientoes
dc.subject.keywordRedes socialeses
dc.subject.keywordDiplomaciaes
dc.subject.keywordRelaciones internacionaleses
dc.subject.keywordSociedades
dc.subject.unesco5901 Relaciones Internacionaleses


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