La diplomacia digital: herramienta o consecuencia
Autor/es
Rodríguez Gómez, Alfredo AntonioFecha
2015Tipo de documento
articleÁrea/s de conocimiento
Ciencias de la ComunicaciónCiencias Sociales, Políticas y del Comportamiento
Materia/s Unesco
5901 Relaciones InternacionalesResumen
La diplomacia ha sufrido una evolución en las dos últimas décadas acorde con las tendencias
actuales. Así, la diplomacia tradicional tiene nuevos cauces; la diplomacia directa es cada día más
directa y más frecuente, más abierta y transparente, las diplomacias pública y económica encuentran
nuevas herramientas de trabajo y acercamiento a la sociedad.
Los efectos de la globalización y del avance tecnológico en materia de comunicaciones,
principalmente en lo que se refiere a computación y telefonía móviles y a redes sociales, han hecho
que los actores tradicionales de las relaciones internacionales avancen en proximidad al ciudadano y
en transparencia; es decir, en la oferta de un mejor servicio al ciudadano y a la sociedad.
Pero también han dado lugar, por una parte, a la consolidación de actores emergentes en ese
espacio, como las empresas o las ONG, y a la aparición de otros nuevos que, en esencia, somos los
ciudadanos en diversas facetas.
Una buena prueba de estos cambios los podemos observar en las cumbres del G-20, a las que
se incorporan de forma notable representantes de campos diversos en el ámbito social, como son los
de la sociedad civil (C20), de los negocios (B20), de los jóvenes (Y20), de grupos de pensamiento
(T20) o del mundo laboral (L20), en una clara muestra de que las relaciones internacionales, y la
diplomacia en concreto, avanza a unos modelos emergentes y más acordes con los tiempos.
Este avance se produce, en gran medida, por esa evolución revolución, según Castells de la
comunicación que resulta en la inmediatez de la transmisión de la información de la posibilidad de
cualquier ciudadano de usar la tecnología para recibir y emitir información desde cualquier lugar
del mundo y en cualquier momento.
El objeto de este trabajo es estudiar en función de ese conjunto de actores antiguos y nuevos,
y de las nuevas formas de entender las relaciones internacionales y de comunicarse la diplomacia
actual en sus varias facetas: tradicional, directa, pública y económica, entre otras, para comprobar si
la llamada diplomacia digital es un mero apellido que se da tras el uso de las TIC actuales o es una
verdadera consecuencia lógica de la evolución y del deseo de llegar de forma directa a los
ciudadanos y, en consecuencia de usar las herramientas que emplea la sociedad hoy para englobar
todas las facetas de la diplomacia en una sola conocida como diplomacia digital.